Son varios los agentes que pueden provocar una quemadura en nuestra piel: el calor, el frío, productos químicos, electricidad... En los servicios de urgencias de los hospitales es muy frecuente atender quemaduras domésticas. Las estadísticas afirman que el 60% de las quemaduras atendidas en los servicios de urgencias son por accidentes domésticos.
Muchos de estos accidentes, no tienen mayor importancia pero algunos de ellos pueden acarrear problemas más graves para la salud. Por ello, cuando sufrimos una quemadura o alguien cercano a nosotros la sufre, hay que tener bien claro que es lo que hay que hacer o lo que es aún más importante que NO hay que hacer.
¿Qué hay que hacer ante una quemadura?
- Lo primero es interrumpir el contacto entre el agente causante y el organismo. Ya se trate de una quemadura térmica, eléctrica o química. Si la zona de la piel se encuentra con llamas, conviene apagarla con una manta.
- Se debe tapar la zona lesionada con gasas estériles a ser posible o por lo menos que estén, limpias y ligeramente humedecido.
¿Qué NO hay que hacer ante una quemadura?
- No aplicar hielo.
- No aplicar cremas que no hayan sido prescritas por un facultativo.
- No despegar ropa o accesorios que se puedan encontrar adheridos a la piel.